María Montessori afirmaba que :“El mayor signo de éxito para un maestro es poder decir: los niños ahora están trabajando como si yo no existiera” ; refiriéndose al hecho de que el niño pide que se le ayude para poder actuar solo.
Es así como la autonomía es un principio básico dentro de la filosofía Montessori, buscando desarrollar la confianza e independencia en nuestros pequeños.
El Método Montessori desarrolla la autonomía del niño a través de tres factores:
1- El Rol del adulto:
2- La interacción con el entorno:
3- El Uso del material Montessori
Foto: Sala de Taller 1 – Miayelen Cerezo Montessori – Gaspar Banda 3810, San Miguel
1- El Rol del adulto:
El rol del adulto debe ser, primeramente, de observador, sin interrumpir el desenvolvimiento natural del niño dentro de los espacios, conociendo mejor su personalidad y necesidades para ofrecerle el material específico según su fase de desarrollo. El adulto también debe servir de guía y acompañante en el aprendizaje y estar siempre disponible para aclarar sus dudas y mantener encendido el interés del niño por el aprendizaje, ajustándose a su ritmo.
2- La interacción con el entorno:
La mayoría de los objetos y espacios donde el niño se desenvuelve generalmente solo están adaptados al tamaño y necesidades de los adultos, creándole esto dificultades e incomodidades al niño para ejercer su autonomía. Es por ello que todo el ambiente debe estar adaptado a su tamaño, edad y necesidades, procurando un fácil acceso a todos los objetos que requiera: sillas, mesas, vasos, estantes, asientos de baño, lavatorios para lavar sus manos, etc ; todos los objetos y mobiliario deben ser puestos a su comodidad y disposición para facilitar que el niño actúe solo.
3- El Uso del material Montessori
Los espacios Montessori poseen su propio material pedagógico adaptado a las necesidades de cada fase de desarrollo infantil. Cada material tiene un fin específico y es concreto y autocorrectivo ; permitiéndole al niño manipularlo y absorber todos los conceptos necesarios a través de todos sus sentidos, pudiendo comprobar por sí mismo la necesidad de autocorregirse y empezar de nuevo la actividad , y así mejorar.
El material montessori también desarrolla la motricidad fina y la coordinación óculo -manual; habilidades esenciales para realizar todo tipo de actividades para desenvolverse con autonomía como lo son: el comer solo, escribir, vestirse, ordenar y clasificar objetos.
“El instinto más grande de los niños es precisamente liberarse del adulto”.
María Montessori
Foto: Sala de Casa de Niños – Miayelen Cerezo Montessori – Gaspar Banda 3810, San Miguel