El período de adaptación a nuevos espacios y modelos educativos representa siempre un gran reto emocional y social para cualquier niño. Durante este período el apoyo que aportan tanto el colegio como los docentes y los padres es de vital importancia, debido a que el inicio de los niños en la escuela conlleva a un cambio significativo en su rutina diaria, puesto que no solo implica la adaptación a un nuevo lugar y ambiente, sino también el comienzo de socialización con nuevos compañeros al igual que la asimilación de un nuevo método de estudio.
Por consiguiente, la capacidad de adaptación del niño Montessori al contexto tradicional escolar representa, en muchos casos para los padres, un punto de ansiedad, temor y desconcierto ; dado que luego de experimentar las bondades del Método Montessori y estar acostumbrados al ambiente Montessoriano; se crea incertidumbre sobre el bienestar y el desarrollo de su hijo bajo una nueva filosofía educativa.
La capacidad de adaptación es pues una de las cualidades que el Método Montessori busca como objetivo prioritario, dado que uno de sus principios y lemas más importantes es el de “Preparar para la vida” , por lo que a través de sus muchas ventajas capacita al niño para el proceso de adaptación.
Sobre este tema, la Dra. Montessori expresa en sus libros que no tendría caso un sistema educativo que no pudiera continuarse, reiterando que el objetivo de la educación es ser una ayuda para la vida, preparando a los niños para adaptarse a cualquier situación o circunstancia que el presente les demande.
Al llegar a escuelas tradicionales todos nuestros estudiantes Montessori sorprenden por su capacidad de adaptación, su nivel académico, su madurez emocional, su comprensión de contenidos y situaciones, así como también por su resiliencia; puesto que fueron capacitados y empoderados en nuestros espacios a través de nuestra metodología.
Foto: Sala de Taller 1 – Miayelen Cerezo Montessori – Gaspar Banda 3810, San Miguel